We're just two lost souls swimming in a fish bowl, year after year.
Running over the same old ground, what have we found? The same old fears. Wish you were here.


martes, 11 de septiembre de 2012

Hermosa y terrible

La ciudad parece distinta.
Antaño se me presentaba como salida de un cuento, mágica e increíble, un lugar donde sólo podían suceder cosas maravillosas.
La Alhambra, las calles llenas de gente, las tiendas, grandes y pequeñas; los parques, los rincones, tu habitación.
Granada era como una promesa de un final feliz, del desenlace esperado que, en secreto, no guardaba más que silencio.
Cuando recuerdo aquellas noches frías me parece estar deshilando sueños inconclusos de una mente ajena. 
 Las luces de Navidad, las bufandas de lana. Yo tiritaba y el frío sólo era una excusa más para besarte bajo las hadas multicolores de la ciudad que marcó un final y un comienzo en la historia del país.
Magia y pasado, seguridad y decisión.
Quizá recuerdo aquellos momentos rodeados de niebla porque otros más recientes los han envenenado lentamente.
Sueño con Granada y en las calles desiertas reinan las sombras. Las personas no son más que enemigos que desean arrebatarme aquello que más necesito.
La ciudad aparece como una trampa, hermosa y terrible. Me la imagino como un animal que, agazapado, espera pacientemente a que el forastero cometa el más mínimo error para abalanzarse sobre él y devorar sus esperanzas.
Miedo, eso es lo que siento. Miedo a verme vencida por el espíritu cruel de la ciudad que perdió su magia una noche de verano, la más corta del año.
Las callejuelas estrechas perdieron su encanto, las plazas están vacías, como los corazones, y las farolas dejaron de iluminar nuestras vidas.
No obstante, a veces me veo con la fuerza necesaria para hacerle frente. Me miro en el espejo con el ceño fruncido y me prometo a mí misma que dominaré Granada y la someteré a mis deseos, convirtiéndola por fin en la ciudad encantada que se me prometió. Entonces la felicidad se hace tangible en los adoquines de piedra.
Hoy es una de las otras veces. No quiero ir allí, no quiero vivir en el escenario de mis pesadillas. Granada es una jaula enorme en cuyos barrotes están escritos cada uno de mis fracasos, ésos que me recuerdan el por qué de tu ausencia en mi cama.
Nada de esto tiene sentido, ¿no es cierto? Una ciudad no es más que eso. Y, sin embargo, no dejo de preguntarme cuánto tiempo aguantaré antes de que la bestia despierte de nuevo y me atraviese con sus colmillos oscuros.

Canción de hoy: Barricada-Blanco y negro

5 comentarios:

  1. la felicidad se hacee visible , que hermoso ♥ de que es la pintura que tenes de fondo del blog??

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  2. Es de Afremov; tiene cuadros de muchas ciudades y todos son muy coloridos :)

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  3. TÚ misma lo has dicho, Granada es solo una ciudad, pero son los recuerdos que te traen los que te invitan a salir de ella corriendo, y eso es algo que hasta que uno no enfrente no podra hacer frente al escenario...

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  4. ojalá que vuelva pronto la magia, es increíble como una ciudad puede llegar a transmitir tantas cosas, y quererla y odiarla a partes iguales, quizá por eso dicen que a los lugares donde fuiste feliz no deberías regresar... quién sabe

    :*!

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  5. Es curioso cómo nos aferramos a los objetos, a los lugares, cómo dejan en nosotros una huella indeleble.
    Por cierto, me gusta la foto :)

    ¡Un beso!

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